Siempre creí que tenía swing. Porque tengo ritmo, porque tengo cierta flexibilidad, cierta tendencia al balanceo, se me da bien hamacarme, rockear, rollear.
Pero el swing es otra cosa y tuvimos que llegar al año trece para descubrirlo. Se ve que además hacen falta otros dones que el buen Señor no me ha otorgado. Léase: coordinación, obediencia, sentido de la oportunidad.
Hay gente que ha tipificado el swing. Anoche bailé lindy hop, por primera vez, en una fiesta fantástica. Las chicas estaban hermosas con sus vestidos de falda amplia, y brillaban cuando los chicos, ágiles, cancheros, las hacían volar por los aires. Es lógico: a las chicas siempre nos gusta salir a volar.
Me contaron que se le llama lindy hop por Charles Lindbergh y su salto a través del Atlántico. Inmediatamente pensé en Rod Stewart y ese paso de gigante en la portada de Atlantic Crossing. Inmediatamente pensé también en el mucho esfuerzo que he puesto a través de los años en cruzar mares en uno y otro sentido. Ahora estoy de este lado de un mar menor porque me lo pide todo el cuerpo, pero no alcanza, no basta, el efecto dura demasiado poco.
Hay unos pasos básicos para empezar a bailar lindy, y me mostraron los ocho primeros movimientos recontra básicos a la hora de la merienda. Por la noche estaba lista, con mi vestidito negro, para que me sacaran a bailar. Avisando oportunamente, eso sí, que era novata y, fundamentalmente, una caradura.
Anoche aprendí varias cosas.
Que en todo baile en parejas lleva el hombre.
Que siempre hay un leader y un follower. Cualquier semejanza con Twitter es pura coincidencia.
Que no conviene confundir el rol.
Que hay diferentes clases de hombres:
-Los que se preocupan por que aprendas bien los pasos, más que nada para que puedas salir airosa en una pista de baile llena de gente dando saltos y patadas. Ligeramente paternales.
-Los que se irritan porque no sabes los pasos, aun habiéndoles explicado que eras doncella. Se pasan toda la canción protestando y tratando de llevarte por el buen camino a fuerza de entrecejo y resoplido. Así no.
-Los que quieren pasársela bien bailando con vos, quieren que te la pases bien y te tratan con paciencia y suavidad. Smooth operator.
-Los que quieren pasársela bien bailando con vos y no sólo quieren que te la pases bien bailando, sino que te sientas la puta reina de la pista. Mucha cadera, mucho giro, mucha sonrisa y algún salto ornamental. Complicidad y compenetración.
En algún momento de la noche el Señor Resoplido, no contento con aguarme el baile, vino a decir algo como “Te cruzas todo el tiempo, es como si tuvieras un leader dentro”.
Pausa para espumarajo y respuesta que él pudiera entender:
– Es que, aquí donde me ves, no soy mujer: soy travesti.
– Y lo bueno que estás- me dijo, al pasar, el Señor Complicidad, siempre risueño y atento, mientras hacía volar a otra que sí había entendido de qué iba lo de follower.
Foto: Andrea & Fosy by Markel Optah Uriarte