si me rompo es para que él me junte
porque nadie como él para escarbarme y levantar mis pedazos
(como se levanta a un muerto de la tierra)
me escondió en un pozo
(hueso viejo)
y cada tanto se asoma para comprobar si falta un fémur
un ganchoso un escafoides
(mastín de niebla)
primero me lame después me rompe
me tritura
me reduce a pigmento
me mezcla con yema de huevo y hiel de buey
para hacer un gouache a la antigua
se pinta el morro
conmigo
diluida en albúminas y proteínas
por un rato soy su color preferido
y jura que me caí de sus visiones de cadmio
(y los relámpagos caducos)
de su brisa de pinos
(resplandece el sur)
pero a gran velocidad
para que no me seque
me hace color en pasta
me unta en el mango de su pincel
y con él posee a alguna más joven
o dibuja a alguna más sabia
o le devuelve el centro a alguna más centrada
(andá a saber cómo le gustan a él en realidad)
me usa de estramonio en la escoba de sus brujas
él
siempre tan tieso y tan dispuesto
me mete dentro del coño de otra
entonces esto era
(la luz en las paredes de la caverna)
y entonces yo soy esto
(esta cosa que riela, a veces sombra)
y el verdadero fuego siempre estuvo en su mano
la mano en la que porta la luz
la mano que empuña su palo de amar
su puño dentro de mi estómago
ahí estoy yo
guardada dentro de su mano dentro de mi estómago
un resto de pintura en su cutícula
debajo de la uña de su pulgar
debajo de su anillo
adornando el prepucio fácil
que supe tratar con entusiasmo
antes de romperme y volverme
aguada
lechada
caldo coloreado de sus jugos y los de otra