Nunca he necesitado pastillas para bailar. Voy por la vida con efecto-lanzadera-musicoespacial incorporado.
Pero pongamos esta canción. El look de la banda es deleznable, y creo que en la vida he escuchado otro tema de ellos. Y sin embargo imagino que, en el 0.39, la pastillita ritual pega un salto al vacío, se queda en suspensión durante un microsegundo que por arte de hechicería parece durar un eón, y luego rebota en tu hueso púbico, que se distiende hasta envolver los astros, anche la nebulosa de Oort, un certero golpe que tiene la intensidad de un palo contra las pantorrillas pero un palo hecho de bocadito Cabsha y duraznos en almíbar, un dolor de caramelo que flota y viaja con la tensión aérea de un la recién salido del diapasón.
Y después sí, todo es anbilívabol.
http://www.youtube.com/watch?v=EyHgVEbQ_nY&sns=em
¿Es así, acaso? ¿Alguien tendría la bondad de confirmarlo? ¿A alguien más le ocurre?
Desde luego, hay muchos otros temas, de variados géneros, que incorporan esa parada gostosinha, pensada para llenarte de felicidad y transformar tu vida en un videoclip. Con o sin ayudín.
Mi playlist de bailar frente al espejo estaría necesitando más especímenes. Sean buenos y cuéntenme con qué canciones sacan los zapatos de dancing, y/o cuál es el minuto-youtube que los transforma en guiñapo blando, en mascota predilecta del DJ.
Bailemos.
Imagen: Please lose the shoes, by Amy Sullivan.